(Translation in Spanish: Michel Madranges)
Esta es la historia de una botella, de una simple botella.
Una botella en el mar.
Esta pudiera ser mensajera de un antiguo naufragio , cuyo secreto nos entregaría. Pero en realidad no es más que un desperdicio ordinario, plástico, sin mucho valor, piensa uno. Al final del encadenamiento de un proceso que la vio nacer, servir y en seguida decaer, siguió la trayectoria de nuestros deshechos, tirada de un container a otro en compañía de otros desheredados. Hasta que un día, a vuelta de una vida que se le prometía de mil años, ( ¿ no es la esperanza de vida de un plástico ?), ha sido atrapada por la potencia de océanos, balanceada por las olas, con el fin de terminar en este sitio extraño donde tantos otros fragmentos portadores de historias bastante similares la acogieron debajo de un sol engañoso. Aquí está ahora, deteriorándose al contacto del elemento marino, contaminando poco a poco las aguas y los ecosistemas. Y mientras que su materia se deshace por el asalto de las olas y de los vientos, la botella se recuerda…
De repente vuelve a verse en este alojamiento dónde la condujeron un día, pasando de mano en mano en una fraternidad inesperada que le hizo experimentar un breve pero incomparable vértigo. Estaba tan orgullosa, resultado del trabajo de los hombres, pronta a ser consumida. ¿ No había sido fabricada para eso ? Sí, la botella se acuerda de su nacimiento en una fábrica, como si pudiera enorgullecerse del desarrollo técnico que finalmente la autorizó a garantizar la comodidad y el bienestar de sus futuros usuarios, participando en la gran aventura económica de nuestra época.
A este propósito desde luego, y a pesar de que no fuese experta, oyó a algunos que hablaban de crisis, de recalentamiento climático, de amenazas para el medio ambiente, de puesta en peligro de la vida o, por encima de todo, de la salud. ¡ Pero qué lejano le parecía todo eso, tan abstracto frente a la grande y bella máquina de nuestro tiempo del cual era una de las herederas ! ¿ No era el reflejo de nuestra maestría de la energía, particularmente la fósíl ? ¿ No daba sentido a las frutas de la agricultura que ella había tenido el privilegio de contener con fines alimentarios ? Por tan modesta que era, tan efímera había sido programada su utilización, la botella vuelve a presentarse a esta sociedad del consumo a la que había pertenecido algún tiempo, determinando su posición en el orden de las cosas de las cuales imaginaba el gobierno tan bien pensado, al final tanto como una “botella” puede suponerlo. Una compañera le había contado la historia de aquél chico que tenía dificultades motrices, quien había superado su handicap, modelizando y después realizando con sus compañeros una pinza que habían imprimido en tres dimensiones para permitirle abrir botellas parecidas a ellas. ¡ Mágico !
¡ “Botella”, he aquí un nombre ! Ahora se pregunta como se dice esta palabra en los idiomas del mundo. ¿ Aparece como palabra femenina o masculina ? ¿ Neutra, por si acaso ? Algunos idiomas, sueña ella en este momento por la primera vez, no deben de conocer esta palabra o no la han conocido antes… Esto la confunde un poco. ¿ Como pudieron colmar aquél vacio ? Aquí realiza que su nombramiento no sólo le dio sentido y forma, pero que participó también en su identidad… ¿ Así tendría su sitio en un léxico de nuestro tiempo ? ¡ Desde luego ! piensa ella, sacando pecho. ¿ No es en toda su universalidad una magnífica referencia comtemporánea, encarnando la marcha hacia adelante, el progreso ?
Por cierto, cosa extraña, mientras estamos hablando de progreso, piensa haber percibido un dron sobrevolando el espacio donde se encuentra… ¿ Un dron, en este rincón abandonado ? Una ilusión, sin duda. La botella se dice que debe de haber sido víctima de alucinaciones y vuelve a tomar con más fuerza el curso de sus reflexiones en círculo.
Si pudiera escribir las notas de sus pensamientos, contaría incansablemente los mundos extranjeros que cruzó por tierra y por mar, por encima de ríos, montes, selvas y ciudades. Muchos se extrañarían, ya que la botella atravesó tantas fronteras, tantos países… constatando flagrantes diferencias de niveles de igualdad, de riqueza, de pobreza pero así como la mundialización de los intercambios y de las culturas para con los cuales los desperdicios no son indiferentes de ninguna manera ! Quién sabe, a lo mejor podría hasta ayudar a analizar nuestras visiones del mundo, las botellas habiendo hallado tantas utilizaciones ingeniosas provocando o reflejando el ingotable talento de sus usuarios !
Hace mucho tiempo ya, cuando su modelo se vio dibujar en la mesa del ingeniero, en la belleza de sus formas, el perfilado de sus esbeltas curvas, la botella casi hubiera jurado que podía conquistar el mundo. El futuro entonces le pertenecía. Ningún riesgo le venía a la mente, y toda forma de catástrofe parecía tan lejana, tan improbable… Ahora bien, aquí sabe ella cuan frágil es hoy en día, condenada a desagregarse en un medio acuático poco propicio a felicitarse por todo ello… Entonces la botella se pone a dudar. ¿ Hubiera vivido de forma diferente si se hubiera enterado antes ¿
Aquí está soñando en este planeta frágil como si presumiera el peligro creciente que pesa sobre todos los objetos parecidos a ella, así como en todas especies incluso la humanidad. Experimenta en sí misma, en cada una de sus moléculas que están deshaciéndose, que es el resultado de una historia, de una evolución y de su ineluctable replanteamiento. Ella, que no es más que una botella en el mar, se pregunta entonces acerca de lo que bien pudiera ser su último sobresalto, que cosa le queda por cumplir, para tener éxito. ¡ No ha cumplido con su contrato sin esperar renovarlo ! ¿ Quién puede tomar la medida de esta extraña situación ?
Sí, la botella se siente desesperadamente sola. Quisiera comunicar al mundo lo que siente, llamar a la conciencia de un “nosotros” espabilado para entender los problemas más contemporáneos y para la urgencia de su solución, pero nada menos complejo para una botella que se muere en un continente que no existe, todavía no. Por cierto que las generaciones futuras nunca oiràn hablar de ella…
Ella daría tanto por ser capaz de cambiar esto, para ayudar a entender que quizás hace falta renunciar a ciertas cosas, volver a pensar en nuestros modos de educación respectoa los objetos, a los seres, al mundo. Pero echando una mirada circular, cree adivinar que todo eso no es más que una utopía. Utopía de una botella – plástica – en el mar, que no supiera ni despertar alguna responsabilidad, ni suscitar la mínima inteligencia. La suerte está echada, están tomadas las decisiones… ¿ No está ella en el mejor sitio para confirmarlo ? Entonces la botella se dice que si hubiera que rehacerlo… pues se interrumpe porque sabe que no es posible volver hacia atrás. Se dice entonces que si hubiera que rehacerlo, seguramente habría que anticipar el conjunto de aquella maraña, bajo la luz de una mejor repartición.
De repente la botella se interrumpe… Contra todo pronóstico, una mano acaba de cogerla… No consigue creerlo, sin embargo no hay ninguna duda, siente de repente el calor comunicativo que le hizo querer este mundo. En una aceleración repentina, vuelve a ver pasar toda la película de su vida : los dibujos del ingeniero, su puesta en forma, la fábrica y depués la planta de embotellado, la estantería de la tienda donde fue comprada, las alegrías fuertes del apartamento, la cadena de su puesta al deshecho, y hasta todas las etapas del camino extravagante que un día le hizo conocer el vasto océano ! Y pronto oye una voz que no había percibido desde hace mucho tiempo : “¡ Mira de donde viene aquella !?” “¡ Increible ! Un buen ejemplo, cógetela !”